jueves, 16 de octubre de 2014

1917 "La crisis"

Hospital alemán en Berlín. Ampliar imagen
Hospital alemán en Berlín
El equilibrio militar de finales de 1916 y la imposibilidad de dar fin a la guerra a corto plazo puso en dificultades a los beligerantes. Tropas y retaguardia fueron presa de una creciente desmoralización.
Durante 1917 se desencadenaron protestas de soldados y mandos que se transformaron en auténticos motines que fueron duramente reprimidos. La unidadpolítica se quebró en el seno de cada una de las potencias e innumerables voces clamaron contra la guerra, exigiendo una paz negociada. Surgieron iniciativas de paz como la de Wilson(presidente de los Estados Unidos) o la del papaBenedicto XV, pero finalmente se impusieron las tesis de los partidarios de continuar la contienda. 
Thomas Woodrow Wilson (28 de diciembre de 1856 - 3 de febrero de 1924), 28º presidente de los Estados Unidos. Ampliar imagen
Presidente Wilson

Papa Benedicto XV. Ampliar imagen
Papa Benedicto XV
Mariscal Petain. Ampliar imagen
Mariscal Petain
Georges Clemenceau. Ampliar imagen
G. Clemenceau
En Francia la especial dureza de los combates en las trincheras, unida a la escasez de víveres y pertrechos, provocaron huelgasen la industria metalúrgica y la sucesión de una serie motines (primavera de 1917) que fueronfrenados mediante numerosos fusilamientos. El general Nivelle fue sustituido por el mariscal Petain quien logró restaurar la disciplina militar. El gobierno fue asumido porGeorges Clemenceau
En Gran Bretaña los laboristas se alejaron del gobierno al tiempo que se sucedían numerosas huelgas. Se hizo cargo del ejecutivo David Lloyd George, partidario de proseguir la guerra y promotor de una serie de medidas que lograron incrementar la eficacia del ejército.
David Lloyd George (1863-1945). Jefe del Gobierno entre 1916 y 1922. Ampliar imagen
Lloyd George
Los generales alemanes Hindenburg y Ludendorff. Ampliar imagen
Hindenburg
y
 Ludendorff
En Alemania se libraron enconadasluchas políticas entre los partidarios de continuar la lucha y los que propugnaban su fin. A la postre se impusieron los primeros, significados por Hindenburg y Ludendorff,generales del Estado Mayor.
Los más moderados, representados por el canciller Bethmann-Hollweg, estaban decididos a limitar la lucha submarina al considerar que incrementaba el riesgo de una intervención militar norteamericana. Los submarinos alemanes habían declarado la guerra total, tanto contra los buques de países beligerantes, como contra los neutrales.
En Austria-Hungría el ejército que combatía en varios frentes comenzó a dar signos de desplome. A ello se unió la escasez deabastecimientos en las ciudades.
Artillería austro-húngara. Ampliar imagen
Artillería austro-húngara
Los descontentos crecieron y se transformaron en reivindicaciones nacionalistas, de modo que húngaroschecos y polacos empezaron a demandar su independencia del Imperio.
Italia, a la que los austro-húngaros habían infligido severas derrotas, se encontraba en una delicada situación y reclamaba la ayuda del mando aliado, que envío varias divisiones franco-británicas para evitar su derrumbe militar.
Rusia constituyó sin duda el escenario más convulso de esta etapa. Presa de un fuerte descontento motivado por la escasez de víveres y los continuos descalabros militares, sufrió diversos motines que finalmente desembocaron en la Revolución de febrero de 1917. El zarse vio obligado a abdicar y se formó unGobierno Provisional de corte occidental liderado por Kerenski, que en contra de la mayoría de los rusos decidió proseguir la lucha.
Nicolás II, zar de Rusia, depuesto por la revolución de febrero de 1917. Ampliar imagen
Nicolás II

Kerensky, jefe del Gobierno Provisional junto a las tropas.  Ampliar imagen
Kerensky junto a las tropas
Vladimir Illich Ulianov, Lenin, líder de los bolcheviques soviéticos, máxima figura de la revolución Rusa.  Ampliar imagen
Lenin
Meses más tarde, en Octubre de 1917, un golpe de estado acabó con el gobierno burgués de Kerensky y aupó al poder a los comunistas deLenin. Éste entabló conversaciones con las potencias centrales con el fin de poner término a la guerra en el frente oriental, hecho que se materializó finalmente con la firma del Tratado de Brest-Litovsk en marzo de 1918.
Por él se imponía a Rusia la pérdida de extensos territorios (Estonia, Letonia, Lituania, Finlandia, etc.)
El abandono ruso significó un giro radical en el conflicto: el frente oriental quedaba libre de contiendas y ello permitió a las potencias centralesconcentrar la totalidad de sus ejércitos en el frente occidental.
Firma del Tratado de Brest-Litovsk que sacó a Ruisa de la guerra en marzo de 1918. Ampliar imagen
Tratado de Brest-Lito

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