En cuanto a la guerra marítima, a comienzos
de la guerra, el grueso de la flota británica, la Gran Flota, contaba con
veinte acorazados y numerosos cruceros y destructores; estaba ubicada en la
base de Scapa Flow, situada en las islas Orcadas, mientras que una segunda
flota protegía el canal de la Mancha. La Flota de Altamar alemana estaba
compuesta por trece acorazados y tenía sus bases en los puertos alemanes de mar
del Norte.
Durante 1917 la guerra submarina
alemana fracasó en su intento de provocar la rendición de Gran Bretaña mediante
la destrucción de la flota aliada, de la que los británicos dependían para la
obtención de alimentos y suministros. La campaña submarina alemana parecía
eficaz en sus comienzos; hacia finales de 1916, los alemanes hundían
mensualmente alrededor de 300 toneladas de embarcaciones británicas y aliadas
en el océano Atlántico norte; la cifra ascendió a 875.000 toneladas en el mes
de abril, por lo que los alemanes estaban seguros de conseguir la victoria en
breve. Sin embargo, Gran Bretaña consiguió, desde el verano, restar eficacia a
la estrategia alemana siguiendo varios métodos: adoptó un sistema de convoyes
en el que las flotas mercantes eran protegidas por destructores y cazasubmarinos,
utilizó hidroaviones para detectar a los submarinos, y empleó cargas de
profundidad para destruirlos. Al llegar el otoño, los alemanes comenzaron a
perder numerosos submarinos, a pesar de que seguían hundiéndose una gran
cantidad de barcos aliados. A su vez, las naciones aliadas, especialmente
Estados Unidos, construían rápidamente nuevas embarcaciones. El intento alemán
de poner fin a la guerra a través de la guerra submarina había fracasado.
La acción más destacable de 1915
La acción más destacable de 1915
fue el bloqueo submarino impuesto por
Alemania a Gran Bretaña. El hundimiento del trasatlántico de
pasajeros Lusitania a manos de un submarino alemán el 7 de mayo costó
la vida a muchos súbditos estadounidenses, lo que originó una polémica que
estuvo a punto de provocar la guerra entre Estados Unidos y Alemania,
modificando ésta última sus métodos de guerra submarina para satisfacer al
gobierno estadounidense. Sin embargo, en marzo de 1916, el hundimiento por un
submarino alemán del buque de vapor francés Sussexen el canal de la Mancha
y la existencia de víctimas estadounidenses hizo estallar un nuevo conflicto
entre estos países.
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